Deontología
La deontología (del
griego δέον, -οντος déon, -ontos 'lo que es necesario',
'deber' y -logía 'conocimiento', 'estudio')1 es la rama de la ética que trata de los deberes, especialmente de los que rigen actividades profesionales, así como el
conjunto de deberes relacionados con el ejercicio de una profesión. A su vez,
es parte de la filosofía moral dedicada al
estudio de las obligaciones o deberes morales.
La
deontología también es la teoría en ética normativa según la cual existen ciertas acciones que se deben realizar, y
otras que no se deben realizar, más allá de las consecuencias positivas o
negativas que puedan traer.2 Es decir, hay ciertos deberes que se deben
cumplir más allá de sus consecuencias.2 Para la deontología, las acciones tienen un valor
en sí mismas, independientemente de la cantidad de bien que puedan producir. De
acuerdo con la convicción de que hay acciones buenas o malas en sí mismas, se
sigue el deber de realizarlas o de evitarlas. Una acción puede ser moralmente
correcta, aunque no produzca la mayor cantidad de bien, porque es justa por sí
misma.3 Sin embargo, las éticas deontológicas se vuelven
cada vez más sensibles a la necesidad de considerar las consecuencias globales
de las acciones. Si, por ejemplo, mediante una mentira se puede salvar una vida
humana, un ético deontológico puede reconocer una ponderación de los resultados
de la acción. No obstante, en estos casos, se tienen en cuenta las
consecuencias de la acción y no el valor propio de la acción, por lo que queda
suspendida la deontología.
El término deontología (del griego to deon, "lo conveniente", "lo
debido", y logía,
"conocimiento", "estudio") hace referencia, en términos
generales, al estudio o la ciencia de los deberes u obligaciones morales. El
objeto de estudio de la deontología son los fundamentos del deber y las normas
morales. El concepto de deontología fue acuñado por Jeremías Bentham, en su obra Deontología
o ciencia de la moral, donde ofrece una visión novedosa de esta disciplina.
Para Bentham, la deontología se aplica fundamentalmente al ámbito de la moral,
es decir, a aquellas conductas del ser humano que no forman parte de las
hipótesis normativas del derecho vigente, aquellas acciones que no están
sometidas al control de la legislación pública.
Una de las
diferencias cuando se habla de ética de la virtud y ética deontologíca es que
la primera hace directamente referencia a la conciencia personal, mientras que
la segunda adopta una función de modelo de actuación en el área de una
colectividad.
La ética de las
profesiones se mueve en el nivel intermedio de las éticas específicas o
“aplicadas”. El profesional se juega en el ejercicio de su profesión no sólo
ser un buen o mal profesional sino también su ser ético. No acaba de ser
considerada una persona éticamente aceptable quien en todos los ámbitos actuase
bien y cumpliese con sus deberes menos en el ejercicio de sus responsabilidades
profesionales. La ética general de las profesiones se plantea en términos de
principios: el principio de beneficencia, el principio de autonomía, el
principio de justicia y el principio de no maleficencia.
El deontologismo
plantea los temas éticos en términos de normas y deberes.
Las razones por las
que es importante una reflexión deontológica viene dada por:
·
la necesidad de tranquilizar a los
usuarios,
·
la regulación de los intrusismos,
·
la necesidad que el profesional
alcance el autogobierno y adquiera plena capacidad de decisión sobre sí mismo,
con el fin que alcance el equilibrio y la integración de su personalidad en el
logro del bien.
·
Por lo general, se halla recogida
en forma escrita en los llamados códigos deontológicos,
habituales en esferas como la medicina o el periodismo, pero que deberían
extenderse a cualquier otra disciplina1 en
que se trate con seres humanos o seres vivos.
·
Un código deontológico es
un conjunto de criterios, apoyados en la deontología con normas y valores, que
formulan y asumen quienes llevan a cabo una actividad profesional.
·
La deontología trata del espacio
de la libertad del hombre sólo sujeto a la responsabilidad que le impone su
conciencia. Asimismo, Para Bentham la deontología se entiende a partir de sus
fines (el mayor bienestar posible para la mayoría, y de la mejor forma posible)
·
Los primeros
códigos deontológicos se aplicaron después de la segunda guerra mundial luego
de ver las atrocidades que los profesionales de la salud (Médicos
principalmente) aplicaban con las personas justificándose en el ejercicio de la
investigación, pero que tampoco tenían ningún tipo de regulación ni control, es
así como durante la guerra fría se comienza a estudiar y aplicar la deontología
en Europa.
Código deontológico
Un código deontológico es un documento que incluye un conjunto más o menos amplio de criterios, apoyados en la deontología con normas y valores que formulan y asumen quienes llevan a cabo correctamente una actividad profesional. Los códigos deontológicos se ocupan de los aspectos éticos del ejercicio de la profesión que regulan. Estos códigos cada vez son más frecuentes en otras actividades.
No se debe confundir la deontología con los códigos deontológicos. La deontología tiene un carácter más amplio, y puede incluir normas que no figuren en ningún código particular. El código deontológico es la aplicación de la deontología a un campo concreto.
Características[editar]
Los códigos deontológicos son mecanismos de autorregulación en el ámbito de la comunicación social, la psicología, la medicina, entre otras profesiones, pero no son el único instrumento: libros de estilo, estatutos de redacción, convenios, etc. todos contribuyen a que una comunidad profesional fije sus propios límites, en muchos países esta regulación es a través de colegios profesionales.
Toda comunidad profesional trata de mantener determinados niveles de exigencia, de competencia y de calidad en el trabajo. Por ello, controla y supervisa, de alguna manera, la integración de nuevos miembros y el adecuado ejercicio de las tareas propias de su profesión. En este sentido, algunas profesiones elaboran códigos profesionales donde se especifican consideraciones morales acerca de aspectos complejos de la vida profesional y donde, generalmente, se contemplan sanciones para el supuesto caso de que alguien viole abiertamente el espíritu de dicho código deontológico. Por supuesto, los códigos deontológicos no siempre se cumplen, y aunque se respeten, no queda muy claro quién está encargado de velar por su cumplimiento ni cuáles son las sanciones para quienes los vulneren, ni quién debe imponerlas. Para mantener el cumplimiento del código deontológico de las distintas profesiones es habitual la creación de un colegio profesional. Las normas dictadas en el código deontológico son previamente pactadas y aprobadas de manera común y unánime por todos los miembros de la profesión para la que se elaboran. Son, por tanto, pautas de conducta a seguir cuyo objetivo es realizar un determinado trabajo de forma correcta, adecuada y eficiente.
El código deontológico periodístico[editar]
De la variedad de códigos de ética periodísticos, es posible formular una normativa que sintetice lo fundamental de estos principios éticos:
- Informar de manera veraz, exacta, amplia y oportuna.
- Investigar e interpretar y opinar desde el interés público (del pueblo, de la sociedad civil, de los ciudadanos, del bien común de la sociedad).
- Difundir, exigir y defender de manera proactiva los derechos y deberes personales y colectivos.
- Fiscalizar con independencia a los poderes del Estado, del mercado y de la sociedad civil.
Esta síntesis de la ética profesional del periodista, aparentemente tan sencilla de comprender, remite a temas epistemológicos relacionados con las nociones de «verdad» y «objetividad», así como de «información» y de «valor periodístico», exigiendo una reflexión en torno a ellas que no se puede eludir si se quiere precisar a qué se está refiriendo esta regla. Ningún periodista puede adquirir un compromiso ético al respecto en forma seria, sin reflexionar sobre el preciso significado de dichos conceptos, de hecho se trata de algo imprescindible para estos profesionales.
El mundo de hoy somete a los profesionales a grandes retos, como la inmigración y el racismo, catástrofes y tragedias humanitarias, conflictos armados, violencia de género, etc., y es en estos temas donde el periodista debe estar especialmente atento a las recomendaciones vertidas en los códigos deontológicos.
Comentarios
Publicar un comentario